El mundo avanza constantemente y la forma de relacionarnos a su vez también. Uno de los principales causantes de este avance cada vez más exponencial es el desarrollo de la tecnología. Hace poco tiempo (si lo medimos en términos de la historia de la humanidad), la economía se basaba en el trueque, en el intercambio de gallinas por patatas, por ejemplo. Más adelante llegó el dinero físico y hoy en día es habitual no sacar dinero de un cajero nunca, sino que mucha gente paga desde su smartphone. De hecho, hoy en día el Bizum es el segundo método de pago más usado en España.
Si estás leyendo este artículo desde España, con toda seguridad sabes de lo que estamos hablando. Si, por el contrario, perteneces a otro país y no has estado en España en los últimos 8 años, quizá no sepas lo que es Bizum. Se trata de un servicio de pago que usa la mayoría de bancos españoles para permitir a sus usuarios realizar pagos P2P (Persona a Persona) a través de una app móvil. Se construyó sobre el estándar SEPA Instant Credit Transfer (SCT Inst) en 2016 y se ha instaurado como un instrumento esencial en los métodos de pago de España.
¿En qué panorama surgió esta herramienta?
Bizum se lanzó como una respuesta por parte de los bancos españoles a una necesidad de los consumidores que no estaba bien cubierta en su momento. Los españoles demandaban formas de pago móvil que fuesen sencillas y, sobre todo, seguras e inmediatas. Al tratarse de pagos P2P, además, este servicio tendría potencial para que los consumidores lo usasen en sus cuentas de a diario.
Con el mero hecho de vincular sus números de teléfono y direcciones de correo electrónico con sus cuentas bancarias, los clientes pueden enviar o solicitar dinero a cualquier persona de su lista de contactos o tecleando el número móvil del destinatario. Desde ese momento, Bizum ha seguido innovándose, ya que ha generado un nuevo hábito de consumo y ha añadido diferentes funciones como la posibilidad de adjuntar fotos, donaciones a ONGs, integración con asistentes de voz, o los pagos de comercio electrónico.
Las nuevas oportunidades que abre Bizum a los clientes españoles
Las necesidades de los consumidores se ven satisfechas gracias a esta herramienta ya que ha creado un efecto red y ha facilitado la tarea de saldar deudas o incluso pagar en muchos establecimientos. Actualmente, los españoles se refieren popularmente a los pagos P2P como “hacer bizums”.
También es posible el uso del código QR dinámico mediante proximidad para comerciantes. Al fin y al cabo, toda esta habituación de los españoles del bizum a sus vidas es un claro indicativo de que se trata de un sistema que funciona. El número de usuarios no ha dejado de crecer desde su lanzamiento y no es de extrañar que el e-commerce cada vez incluya más opciones de pago mediante bizum, ya que se está convirtiendo en sinónimo de “pagar”.
Aunque pueda resultar curioso, el principal rival del Bizum desde su lanzamiento siempre ha sido el dinero efectivo. De forma exponencial Bizum le ha ido comiendo terreno con el paso de los años, pero hasta hace menos de una década lo habitual era que todo tipo de deudas y pagos de pequeños importes (menos de 20 €) se saldasen con dinero en metálico.
El futuro de Bizum
Actualmente existen distintas iniciativas de interoperabilidad en Europa. Como forma parte de un banco, Bizum depende de lo que tengan planeado sus accionistas, pero está claro que el panorama digital es el futuro y el presente. El objetivo principal de la empresa es la interoperabilidad a nivel internacional, aunque son los bancos propietarios quienes tienen la última palabra y quienes decidirán cómo y cuándo se ampliarán las fronteras de Bizum.
El hecho de pasar a trabajar para asociaciones con soluciones relevantes en todo Europa significa establecer acuerdos o asociaciones que permitan a terceros acceder a la base de datos de Bizum, por lo que no es un paso que se vaya a dar a la ligera. En cualquier caso, se trata de un avance lógico para la sociedad española que se ha colado rápidamente entre los métodos de pago más usados y no deja de avanzar.
